No me quiero ir a dormir sabiendo del gran espacio que falta ser ocupado por un cuerpo al que ya extraño y necesito. ¿Cuánta tristeza puede sentir un cuerpo, cuánta impotencia es necesaria para dejar ese estado? ¿qué, cómo, cuándo…? Una parte de mí se quedo en Barcelona, un vacío como una sombra, tantas dudas y miedos... sobre todo miedos.