domingo, 29 de agosto de 2010

Su paciencia va a montar...

Un par de semanas complicadas me hacen pensar en irme. La pregunta es a donde? Hay un lugar que me fascina, un lugar en el cual me sentiría cómodo, pero que cambiaria con relación a Buenos Aires. Huiría a mil kilómetros para que esos mismos quilombos y esos mismos boludos sigan ahí.
Parte de algo llamado familia que me jodería igual por más que este lejos, conseguir una casa sería igual de complicado, lo mismo que lidiar con los bancos.
Las separaciones, de bienes, de mi casa y mi perra, seguirán siendo separaciones.
Los comentarios innecesarios y las opiniones de un montón de gente que no tiene nada que ver con nada son imposibles de evitar. Y eso no cambiaría con la distancia.
Los dolores, la sensación de impotencia y cualquier otro “síntoma” no va a cambiar metiéndome en la montaña… ojala eso sucediera, pero no va a ser así.
Estos son los momentos en que quisiera poder salir de mi mismo y volver cuando las cosas estuvieran resueltas, pero la solución no es escapar…
Estas semanas…estas semanas…
Estas semanas me contuvo la otra parte de la familia, mis amigos, dos personas que brillan de una forma muy especial. Hoy soy yo quién necesita confiar un poco más en mí mismo, poder ser yo quién se de ánimos como ellos me lo dan.
Si no fuera por esa red, por esos abrazos y esas palabras que nunca se dijeron pero que están presentes… si no fuera por ellos ya me hubiera alejado de todo.
Al fin de cuentas algún día va a escampar...

jueves, 12 de agosto de 2010

El varón del tango

Esta mañana pase por la casa de mi vieja y en una repisa donde tiene sus discos me crucé con unos de Julio Sosa. Este tipo siempre me gustó como cantaba el tango, su voz y su forma de interpretarlo. El tipo esta conquistando a quien oye, incluso cuando se pone en la posición de macho y creo que si sos una mina a la que le gusta el tango, como diría mi abuelo, se te cae la bombacha (en mi caso los calzoncillos) . Así fue que me los lleve a mi casa y me puse a escuchar.

En los momentos en que cantaba milonga, el tono de su voz pícaro logra que se te escape una sonrisa al aire, te lo imaginas cantando con aire de superado, de canchero. Así y todo este tipo que se veía siempre predispuesto y de buen humor, no podía disfrutar plenamente de sus logros, tanto que así que Oscar Ferrari (cantor de la orquesta de Armando Pontier en la cual hacía dúo con Julio Sosa) diría: "Vivía buscando la felicidad, pero cuando la encontraba no sabía conservarla. Creo que era un hombre desolado por dentro, a pesar de su imagen de hombre alegre." Acá una muestra de esa forma de interpretar la milonga “El Firulete” (Mores/ Taboada)




Escuchar un tango interpretado por él te hace sentir la letra, llega al punto en que crees que realmente es a este ñato al que le sucede lo que canta. Por ejemplo mira lo que dijo Juan D´Arienzo: "Pocas veces he escuchado un cantor tan completo como Sosa...sin más adornos que los que impone cada tema. Irónico, sentimental, viril” y otro tema en esta ocasión el macho herido que canta “Rencor” (Amadori)




Por último y para no hacerla tan larga, vamos a contar que Sosa nació en Uruguay, pero se vino para la Argentina y triunfo como cantor, tanto es así que por su forma el periodista Ricardo Gaspari lo bautizo como “El varón del tango”.
Con una vida amorosa bastante movida, las minas no eran su único vicio. Sosa tenía pasión por los autos y por conducir a desmedida velocidad. Y como dirían en la época, murió en su ley, el 26 de noviembre del ´64 en un choque en Av. Figueroa Alcorta y Mariscal Castilla en Palermo, con solo 38 años. El ultimo tema del post es “Pa´ que sepan como soy” (González/Aroldi) , - no yo, sino Julio Sosa-


domingo, 1 de agosto de 2010

Notas de viaje – San Rafael


Estoy por salir de viaje con Jorge, y varios amigos nos llaman para desearnos felices vacaciones. En un momento nos preguntamos si sería el presagio de algo, aunque era más sencillo, solo querían desearnos buen viaje.

Mi amigo putea siempre con un jugador de River que en veinte partidos en primera división metió tres goles en contra. Putea y carajea al pobre tipo que tiene muy mala fortuna, o es un mal jugador.
En el avión en que viajamos hay una revista de Aerolíneas Argentinas con una entrevista a Víctor Hugo Morales, parte de ella es acompañarlo a relatar un partido de fútbol, en este caso Estudiantes – River y en medio de la entrevista que esta leyendo Jorge aparece el pobre hombre que patea en contra (refiriéndome exclusivamente al juego) y me dice: Mira, este tipo no me deja en paz. Menos mal que lo vendieron.

En Misiones hay un tratamiento “anti-age” a base de yerba mate, te untan, masajean y te ponen una mascara, para terminar con un baño de inmersión en un té de yerba (más conocido como mate cocido). Todo para relajar el cuerpo, liberar las vías respiratorias, para que no te salgan arrugas y despigmentante (que no sé que es, ni como se escribe). Pensar que yo solo lo tomo. El mate, al final, parece tener más propiedades que el aloe vera.

Llegamos a San Rafael con la idea de no molestar al Tano y a su familia. La recepción es tan cálida que hasta dieron por sentado que nos quedaríamos en su casa a pasar estos días… y nos quedamos.
El día fue pura charla. Hablar, recordar, reírnos mucho. Yo me siento muy feliz y creo que Jorge comparte la misma sensación.

Cada noche nos juntamos a cenar con la familia, nos esperan con la comida preparada, el Tano vuelve tarde del laburo, pero no le impide quedarse se sobremesa. Las charlas se van sucediendo sin un hilo conductor y cada tema deriva en otro sin ninguna explicación. Así va entrando la madrugada, entre risas, charla, puchos y vino.
Son las cinco y media y Celina viene a decirnos si pensamos dormir. La verdad es que preferiríamos seguir con la tertulia, pero hay gente que labura…Después de tanta charla el silencio se escucha muy mal.

Alquilamos un auto para recorrer el Cañon del Atuel, y entre las cosas que me gustaría hacer esta el parapente. Buscando se encuentra y cuando ya dimos la vuelta, unos tres kilómetros nos separan de la base. Nos viene a buscar en un Jeep que se cae a pedazos y que subiendo la montaña parece que cada tanto se para el motor, pero nos lleva hasta la pista de despegue, el resto pueden verlo en el video de abajo.

Hemos viajado y conocido gente. Hemos estado en lugares hermosos e imponentes. Hemos bebido y comido. Pero por sobre todas la cosas compartimos una semana con amigos y familia. Nos han atendido como a uno más. Nos sentimos queridos.






La idea era anotar más cosas, llevar un diario de viaje un poco más extenso y detallado, pero la situación no dio para eso. Todo el tiempo había algo para hacer, ir a algún lugar, ver paisajes, hablar, divertirse…no había tiempo para escribir, la estabamos pasando muy bien.