martes, 24 de abril de 2012

Llibres & Roses

Cuenta la leyenda popular catalana de San Jorge y el dragón -en catalán, Sant Jordi i el drac- que en Montblanc, en la Conca de Barberà, provincia de Tarragona, había un terrible dragón que atacaba con saña el reino, asesinando a su gente y devorando al ganado. Con el fin de evitar daños mayores, se decidió que todos los días se entregaría a una persona al dragón como sacrificio para ser devorada.
La desgracia cayó un día sobre la hija del rey, que habría muerto en las garras de la bestia si no hubiera sido por la llegada de un apuesto caballero llamado Sant Jordi. Así, cuando la princesa se acercaba con estoicismo a la guarida del dragón para ser devorada, Sant Jordi desafió al dragón y la rescató. Mató a la bestia clavándole su espada en el corazón y la sangre que fluyó se convirtió en una hermosa rosa, por lo que dice la tradición cultural catalana.








Si volvieran los dragones no sé si Sant Jordi podría cargárselos esta vez...