martes, 19 de abril de 2011

Joooderrrrr!!!!

Como decía Mafalda “hay días en que lo malo de uno son los demás.” Si se quiere es una excusa para desviar la atención, para sentirnos un poco más liberados, con esa relajación de poder echarle la culpa a otro a bien de poder esconder nuestras propias flaquezas.

Uno se levanta a la mañana y ve que es un día de sol espléndido y cree que nada puede fallar, que los pájaros corearan canciones en el camino al trabajo, que llegaremos y seremos recibidos con la sonrisa de los abuelos, las miradas tibias de las señoritas y un guiño de ojo del policía de la puerta.

Ahora que ni bien uno rasca un poco la olla parece que las virtudes del astro mayor se fueran por tierra como si lo devorara un tsunami cósmico mayor que él.

En ese momento es donde uno comprende que la gente no sonríe, que las señoritas ladran y que los policías…son policías. Que nunca se encontrará un jefe que piense en valorar a quien trabaja y despojar de privilegios a la chusma que va de bacana, sino más bien todo lo contrario, Ponga el pecho mi´hijo que si Dios lo viera seguro le abre las puertas del cielo, pero que esto es un empleo…y público, por lo que aquí respecta el que trabaja más trabaja y el que no lo hace es jefe. Ud. elija de qué lado estar porque acá el sindicalismo es mal visto, como el pedido de aumento, o el pase de sección en el colectivo. Vaya caradura con ínfulas de señorito que se atreve a pedir lo que considera justo.

No passa res

Desde hace un año que escucho hablar a la gente de la crisis de los 30. Por lo que pude saber más de un amigo la tuvo y otros comienzan a sufrirla a cuenta y fue así como empecé a pensar en que cosas eran las primeras que se me venían a la cabeza y si esas cosas ameritaban entrar en algún tipo de estado de desesperación, crisis o vaya uno a saber qué cosas como esas…

A ver, van llegando los primeros 30 años de mi vida. Con un poco de cuidado y dejando ciertos vicios este es un resumen que solo podre hacer dos veces más …

He llegado a las 3 décadas con un título, una persona que adoro a 10.400 km de distancia, un par de ahijados, varios buenos amigos, un par de hermanos por elección y otro par de hermanos por consanguineidad, madre, mi padre es una gran incógnita y apenas lo conozco, unos abuelos de la puta madre.

Viaje menos de lo que quise pero estoy en plan de solucionarlo, idem con el sexo, me emborrache bastante y quizá esto atentó contra la posibilidad de follar.

Me separe varias veces, en algunas no era mi intención y me obligaron, trato de comportarme bien, aunque más de una vez me fui corriendo.

Tuve 3 perros, la última fue la más disfrutada y sufrida y luego conocí a otro con el que me llevo bien…

Trabaje en una panadería (que era de mis abuelos), repartí cartas, serví café en el hospital italiano, fui segurata de un edificio y de un deposito, suena fuerte pero no era nada del otro mundo, una tontería donde había que hacerse el que revisaba bolsos a la salida. Fui cadete, administrativo y ahora abogado.

Me levante luego de cumplir los 30 y me mire en el espejo del baño, buscaba alguna señal de que algo había cambiado, pero todo seguía ahí como el día anterior.

No había señales de que hubiera pasado el tiempo, no tenía más arrugas, ni estaba más pelado, todos lo quilombos no se enteraron del cambio de década y los problemas de erección…bue, todo está igual que ayer!

domingo, 3 de abril de 2011

Hace tiempo la 23.30

Lo tengo abandonado. No estoy escribiendo casi nada, teniendo tantas cosas para contar, tanto vivido en los últimos meses…pero como me cuesta escribir en estos momentos.

Es así que para ver si me voy obligando a ponerle un poco más de ganas, revuelvo algunos archivos viejos, donde hay muchas cosas mezclada.

Entre toda esa maraña encuentro una carpeta que se llama 23.30. Estos eran unos jóvenes que no tenían nada que hacer más que disfrutar de pasar noches juntos y se embarcaron en la idea de tener una banda…quién no quiso tener una banda alguna vez en su vida.

Comenzaron a juntarse y a llamar a otro chico que era más pequeño que ellos, y así cada viernes a las 23.30 se juntaban a escribir, cantar y compartir momentos que hoy en día quedan grabados en la memoria.


Tenían un par de guitarras, unas armónicas, se compraron una pandereta y en Boulogne sur mer, comenzaron a salir cosas, se pasaron momento y no dejaron dormir a más de uno.

Con el tiempo dejaron de tocar juntos, pero tuvieron otros planes y un día uno de ellos trajo esto, la primera canción de ese intento de banda llamado la 23.30, cantada por alguien que sabe de asunto.

http://www.goear.com/listen/4df00a5/lo-que-necesito-2330 (en caso de que no funciones la barrita lo pueden escuchar en este link)