lunes, 3 de septiembre de 2012

Idea para un cuento II



Cinco alumnos se encuentran delante de la mesa examinadora en alguna universidad relacionada a las ciencias sociales, todos a punto de rendir su primer parcial.
Uno de ellos comienza a ser examinado:
—Hobbes un amante del absolutismo monárquico… «¿Qué le pasa?, me está poniendo nervioso.» ...decía que... «Si me toca de nuevo... grito, y que quede como el culo, me importa muy poco» ...esta era la forma de gobierno que... «Ah bueno, ahora me agarra la mano... no se siente tan mal» ...permitía el mejor desarrollo de las personas y la comunidad.” «Por suerte este tipo me dejó parar, ¿se habrá dado cuenta que estábamos nerviosos?»
«Ahora está hablando ella y todavía no me suelta la mano.  Tiene una piel suave, debe ser la típica piel de durazno de las publicidades, y que blanca… parece… no sé qué parece.»
—Locke era el representante del liberalismo… «Con este bocadillo sumamos algo más, y lo mejor es que ahora me aprieta la mano después de cada frase, es la clave, me da ánimos cada vez que digo algo que puede estar bien. Yo  no puedo ser menos, lo debo hacer por gentileza y además ya medio que somos un equipo, así que ahí vamos. Espero que se sienta más confiada.»
«Me hace una caricia nerviosa con sus dedos, me dan cosquillas y la verdad es que me da un poco de picor, pero se siente bien y sería mejor si pudiera rascarme un poco»
—La Revolución Francesa se gestó en el año  1789... «frase a frase  los dos vamos aprobando.»
Le preguntan otra vez a ella y está temblando, «seguro que esta no la sabe; ni siquiera sé si se da cuenta de cómo le vibra el cuerpo. Yo tampoco me había dado cuenta de que estuviéramos tan pegados el uno con el otro.  La cuestión es que si el profesor se llega a dar cuenta la va a acribillar a preguntas. Tiene que existir una forma de llevarle algo de calma… una caricia en la pierna parece que sirve, por lo menos ahora habla más tranquila.»
—La diferencia entre Estado y Nación... «¡Perfecto! Un dúo imbatible, y lo bien que se siente rendir un parcial así con ella, no sé por qué pero que esté tan nerviosa me da más tranquilidad.»
La tortura se termina después de un rato y recién ahí él puede mirarla bien a la cara, es preciosa, sobre todo ahora que tiene una mirada distendida, parece estar un paso más allá de cualquier cosa. Después del examen está diferente, ve una chica tranquila con una belleza caoba que se desprende en el aire, como si ese color y ese olor solo pudieran ser de ella.
De repente se  aleja  del grupo con el que estaban rindiendo, la verdad es que la ve alejarse mientras habla con el profesor sobre roedores suicidas y luego en el pasillo de la universidad entre compañeros que se preguntan cómo les fue. La ve venir, toda presencia caoba, a donde estaban charlando.
—Bueno, me voy, si alguno  vive para el lado de Caballito lo puedo tirar con el auto —tiró al aire.
—No, pero con lo nerviosa que estabas no me arriesgaría a viajar con vos —contesta uno en tono gracioso.
—No, yo vivo para el otro lado —le dice encabronado con los puntos cardinales.
—Nos vemos la semana que viene, buen fin de semana, suerte —les dice  a todos mientras se va caminando hacia la salida.
—Chau, nos vemos —contesta él  a su saludo, como si no estuviese ahí, inexpresivo, pensando en la temblorosa mina que le acarició la mano diez minutos antes y en lo distinta que parece con la  cara relajada ahora que sale por la puerta

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