Otra conclusión a la que llegue es que se puede prescindir de las consonantes para gritar. Uno puede andar por la calle y tratar de para el colectivo estirando el brazo mientras vocifera un “EEEE…EEEE”. También podemos ver el ejemplo del tenista enojado que en medio del partido grita “AAAAAAAAAAA, que mal la estoy pasando”
Si vas por la playa y viste al barquillero ¿Cómo lo llamas? Seguramente le chistas al paso y le tiras un “ei, ei”. Hasta en un grito de dolor se pueden dejar a las consonantes de lado. En cualquier partido de fútbol, cuando estas en la tribuna viendo como ataca el glorioso, que pasa entre medio de dos defensores, deja clavado al tercero que le sale al cruce, se pone en posición para rematar, mientras el arquero desesperado va a atorarlo y el gran delantero le pega con todas sus fuerzas mandándola a la tribuna, en el mismo momento en que todo un estadio y la gente que lo mira por TV pega un grito único y coordinado: UUUUUUUU!
La “h” es una de las letras más ladina que se hayan conocido. Por ser muda parece que le dio por el rencor, y se suma a las vocales cada vez que uno escribe una onomatopeya de grito. Ahí la tenes muy tranquilita quitándole protagonismos a un furioso “eeeehhh!” o cosas por el estilo. No tenemos que olvidar que, como gran estratega que es, para tener un poco de voz en todo nuestro vocabulario también se alió con la letra “c” otra jodida de la ortografía, formando una fonética que no se parece a ninguna de las dos. Por algo García Márquez quería eliminar a la “h” del alfabeto
2 comentarios:
Muy buen blog, seguí subiendo cosas por favor.
Saludos
Muchas Gracias espejo!! Slds.
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